"Soy consciente de que musulmanes y cristianos tienen planteamientos diferentes sobre las cuestiones que afectan a Dios. Sin embargo, podemos y tenemos que ser adoradores del único Dios que nos ha creado y que se preocupa de cada persona en todas las partes del mundo. Juntos tenemos que mostrar, con el respeto recíproco y la solidaridad, que nos consideramos miembros de una sola familia: la familia que Dios ha amado y reunido desde la creación del mundo hasta el final de la historia humana.
Me ha agradado saber que en vuestro encuentro se ha podido adoptar una postura común sobre la necesidad de adorar a Dios y de amar a nuestro prójimo, hombres y mujeres, desinteresadamente, sobre todo de los necesitados. Dios nos llama a trabajar juntos a favor de las víctimas de la enfermedad, del hambre, de la pobreza, la injusticia y la violencia."
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