domingo, 22 de febrero de 2009

yo SI puedo



Tony, es el segundo de los cuatro hijos que conformaron el hogar de José Angel Meléndez Escoto (San Salvador, El Salvador 1939, Los Ángeles Ca. 1984) y de Sara María Rodríguez (Rivas Nic. 1943) nació sin brazos debido a los estragos de un producto recetado por orden médica a su madre durante el embarazo. El medicamento Talidomida debía calmar los efectos de náusea del primer semestre de embarazo, pero sus efectos dejaron graves consecuencias: al igual que a él, el fármaco provocó que miles de niños nacieran con deformidades, sin brazos o sin pies.

Debido a las precarias condiciones de salud que existían en los países centroamericanos en los años sesenta, la familia Meléndez decide trasladarse a los Estados Unidos de América. Durante muchos años la familia tuvo que acomodarse a una forma de vivir con ciertas limitaciones materiales. Pero con mucho arraigo espiritual.

Tony jugó fútbol (soccer) en la secundaria de Chino, no tuvo limitaciones durante sus estudios, y detestaba sus brazos artificiales, los cuales, más de algunas vez, fueron a parar en un cubo de la basura. Está casado, su esposa y sus dos hijos, son su mayor inspiración

Fue su padre quien le dio sus primeras lecciones de guitarra y aquella vieja guitarra española que perteneció a su progenitor es uno de sus más preciados tesoros

Hasta el día de hoy radica en los Estados Unidos, en la ciudad de Branson MO, llevando una ocupada agenda de conciertos, charlas motivacionales que han sido acompañadas de la redacción de un libro: "A Gift Of Hope" ("Un regalo de esperanza"), escrito en inglés, hoy traducido al castellano.

Es famosa su interpretación ante 6.000 jóvenes en el Universal Amphitheater de Los Ángeles el 15 de septiembre de 1987, para el Papa Juan Pablo II. Después de que Tony terminara de interpretar el tema "Never be the same", el Papa sorpresivamente saltó del escenario, se acercó a la plataforma donde se encontraba lo besó y lo felicitó.

Las palabras del Santo Padre fueron las siguientes: Tony, eres verdaderamente un joven muy valiente. Estás dando esperanza a todos nosotros. Mi deseo para ti, es que continúes dando esperanza a toda la gente".

miércoles, 18 de febrero de 2009

PREMIO PULITZER


13 de septiembre de 1960, Johannesburgo, Sudáfrica - † 27 de julio de 1994, Johannesburgo) fue reportero gráfico ganador de un premio Pulitzer en 1994.
Su trabajo más importante fue la fotografía de una niña sudanesa famélica tras la cual se encontraba un buitre al acoso. La fotografía fue publicada por primera vez en el New York Times el 26 de marzo de 1993 y posteriormente recorrió el mundo entero. Carter recibió por ello el premio Pulitzer.
Para la consecución de una foto mejor esperó unos veinte minutos a que el buitre abriera sus alas, lo cual no llegó a ocurrir . Se sabe poco sobre qué fue de la niña. Según Carter, se recuperó lo suficiente para seguir su camino. Sin embargo, fue objeto de duras críticas por aprovechar la situación para su propia fama, llegándose a comparar al fotógrafo con el buitre.
“Es la foto más importante de mi carrera pero no estoy orgulloso de ella, no quiero ni verla, la odio. Todavía estoy arrepentido de no haber ayudado a la niña”.
Estas son las palabras del fotógrafo Kevin Carter tras recibir el Premio Pulitzer de fotografía en mayo de 1993, cuatro meses después de tomar la foto en Sudán durante la gran hambruna.
Tras ello, pasó de reportero a fotógrafo de naturaleza. Finalmente por la presión de las críticas y por la muerte de un amigo, Ken Oosterbroek, asesinado, el 18 de abril de 1994 durante un tiroteo que cubría en Tokoza, Johannesburgo, Kevin Carter se quitó la vida dos meses después cerca del río donde jugaba cuando era niño, luego de aparcar su furgoneta y enchufar una manguera al tubo de escape.